Pío Baroja (médico;
San Sebastián, 1872-1956) es sin duda el mejor novelista español de la primera
mitad del siglo XX (de la segunda lo sería Cela). De obra ingente, aunque no
tanto como Galdós, escribió más de medio centenar de novelas que agrupó en
trilogías y tetralogías.
Su manera de
escribir es difícil de definir. En líneas muy generales se podría afirmar que no
dice nada, pero que por algún arte que se nos escapa, no podemos
sustraernos a la lectura. A propósito de su manera de hacer, lo mejor es leer
lo que él mismo decía acerca de la novela, del género novelístico en su
totalidad. Esto:
¿Hay un tipo único
de novela? Yo creo que no. La novela, hoy por hoy, es un género multiforme,
proteico, en formación, en fermentación; lo abarca todo: el libro filosófico,
el libro psicológico, la aventura, la utopía, lo épico; todo absolutamente.
Pensar que para tan inmensa variedad puede haber un molde único me parece dar
una prueba de doctrinarismo, de dogmatismo. Si la novela fuera un género bien
definido, como es un soneto, tendría una técnica también bien definida.
O también esto:
La novela, en
general, es como la corriente de la Historia: no tiene ni principio ni fin;
empieza y acaba donde se quiera. Algo parecido le ocurría al poema épico. A Don Quijote y a la Odisea, al Romancero o a Pickwick, sus respectivos autores podían
lo mismo añadirles que quitarles capítulos. Claro que hay gente hábil que sabe
poner diques a esa corriente de la Historia, detenerla y embalsarla y hacer
estanques como el del Retiro. A algunos les agrada esa limitación; a otros nos
cansa y nos fastidia.
(Estas citas están
tomadas de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Pío_Baroja).
Lo que viene ahora
es de mi cosecha: Baroja es un grandísimo escritor del que no podría prescindir
(periódicamente releo cosas suyas, y siempre con placer), y si tuviera que
aconsejar alguna de sus obras más características para trabar conocimiento con
este autor, me decidiría por El gran torbellino del mundo (1926), primera
parte de la trilogía llamada Agonías de nuestro tiempo, en donde de
forma más que palpable se advierte ese no decir nada de que hablaba
antes y te lleva hacia delante de manera irresistible.
La mayor parte de
las obras que escribió son muy interesantes, y las más conocidas quizá sean La
busca, La feria de los discretos (novela histórica ambientada en la
Córdoba del siglo XIX), Zalacaín el aventurero o Memorias de un
hombre de acción (veintidós libros formando una especie de Episodios
nacionales bis), y en fin, muchas otras, que ya digo que estamos hablando
de un fuera de serie.
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Ahora otra cosa
completamente distinta y que no tiene nada que ver con Baroja:
Esta es una
película hecha con fotos y basada en contrastes. Por ejemplo:
agua, cerveza; costa luminosa, costa nublada; cuadriláteros, redondeles; lugar
acuático, lugar polvoriento..., y así sucesivamente.
Se puede ver aquí: https://youtu.be/1fenD06sYyc
Lo mismo, pero las
fotos en sí, sin película, también se pueden ver: AQUÍ.
Y otros paisajes
españoles diversos pueden verse AQUÍ.
Y ya, puestos a
tratar de fenómenos extraños, los interesados en novelas de aventuras pueden mirar AQUÍ.
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