Aquí se relatan las andanzas de Juan
de Cádiz, antes llamado Abenasar y después Juan Rui de Velasco, acaudalado
traficante, músico, contrabandista, coleccionista de arte, viajero y
descubridor de los empedrados caminos de Castilla, que por encargo de sus
socios recorrió durante el verano de 1601 la península ibérica de sur a norte.
Las bandas de salteadores, los corrales de comedias, la magnificiencia de la
corte (por entonces en Valladolid), los campestres y nocturnos conciertos junto
al fuego de los campamentos y en compañía de Antonio, su músico de cámara
ciego..., todo sale allí a relucir.
¡Ah!, pero ¿le movía el afán de
establecer postas o eran otros sus propósítos? ¿No era quizá Inés, la criadita
de su casa que formó parte de la larga caravana de ovalados carros de seis
ruedas, y no entraba también en sus planes algo relacionado con un tesoro...?
El viaje del morisco, la crónica del suceso que él
compuso, se completó con una segunda relación, Los colores del otoño, que
una casualidad exhumó cuatro siglos después en la trastienda de un anticuario,
y en un lugar llamado La puebla de los mártires, varios personajes de
fábula que tienen el castellano de idioma común van a desenredar los entresijos
de aquella aventura.
Todo esto se puede leer aquí:
Y si alguien se queda con ganas de más, AQUÍ se pueden leer otras cosas.
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