sábado, 23 de abril de 2016

Ogro de pisto manchego en el fondo de un cuenco



Traigo hoy a esta página una receta que reúne casi todas las características que hacen que un plato sea una maravilla. Lo primero, que es totalmente vegetal; lo segundo, que es muy barato; lo tercero, que no precisa casi nada de trabajo (es facilísimo de hacer), y lo cuarto, que es medicinal. No produce gases; se puede preparar en cantidad, y así te dura varios días, con el trabajo que ahorra esto... ¿Qué más queren? El pisto manchego es una mezcla de verduras, y cuando te lo comes parece que te estás comiendo algo muy serio, exquisito...

Lleva cebolla, ajo, pimiento y tomate, por este orden, y se hace de la siguiente manera:
En una sartén (o en una cazuela) se echa aceite del bueno, del mejor. Se calienta, y en él se fríe una cebolla más o menos picada. A medio fuego se deja que se vaya friendo, y mientras tanto se pican dos o tres dientes de ajo, que se añaden. Se revuelve. Se pican a continuación dos o tres pimientos verdes medianos, y se añaden también. Se sigue friendo, y mientras tanto, en una ensaladera se pelan y pican unos tomates (un kilo, y lo más fácil es hacerlo con tomate entero de lata, que es muy bueno y te evita el pelarlo). Una vez picados se añaden a la sartén (o a la cazuela), se revuelve, se añade algo de sal (mejor poca) y se vuelve a revolver. Se deja que el hervor se levante y se pone el fuego flojo, de forma que aquello se vaya haciendo. Si se quiere con bastante agua (la del tomate) se puede tapar el recipiente, pero yo creo que queda mejor si no se tapa y se deja que vaya evaporando esta agua.
Una hora después (no hay que hacer nada más, excepto tener cuidado para que no se quede demasiado seco) está hecho, lo que se conoce en el aspecto un poco aceitoso, que lejos de ser malo, es buenísimo. Al acabar se añade una cucharadita (o dos) de azúcar (por el tomate, que es muy ácido) y se deja reposar. Cuando haya enfriado un poco se puede recalentar y comer, o dejarlo para el día siguiente, que estará mucho mejor.
El pisto manchego es algo parecido a lo que se ha contado (y a lo que se ve en la foto), pero si se quiere, durante la última media hora se pueden añadir dados de calabacín o berenjena (o ambos) y dejar que se hagan en el guiso. Y también, cuando se ha acabado de hacer pero sigue borboteando (antes de apagar el fuego), echar por encima un par de huevos y revolver el conjunto hasta conseguir esa tirillas blancas y amarillas que tan buena presencia le dan.

También se puede ver esto:


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